Oriol Paulo es un maestro en ponernos los pelos de punta con thrillers psicológicos que combinan tramas intrincadas y caóticas, giros argumentales impactantes y finales inesperados. Lo demostró por primera vez con El cuerpo (2012), su debut como director, que incluso le valió una nominación en los Premios Goya, y desde entonces ha entregado obras tan destacadas como Contratiempo (2017) o Los renglones torcidos de Dios (2022). Su más reciente éxito llegó a Netflix hace unos meses, convirtiéndose en uno de los lanzamientos más sobresalientes de 2024 en la plataforma de streaming.
No exagero ni un poco al afirmar que es la mejor serie española del año pasado, e incluso me atrevería a decir que estamos ante una de las producciones nacionales más destacadas de los últimos tiempos, basada en la famosa (y primera) novela de Mikel Santiago. Tras mantenerse varias semanas en el puesto número 1 de las series más vistas de Netflix, ostenta un 80% de críticas positivas en Rotten Tomatoes, que aunque desciende a un 63% entre la audiencia, sigue mostrando una excelente calificación en otras plataformas de renombre como IMDb.
Javier Rey, un piano y sus ominosas premoniciones… ¿sobre la noche que nunca ocurrió? Álex de la Fuente (Javier Rey) es un renombrado compositor de bandas sonoras que, tras un divorcio y una crisis existencial respecto a su carrera, decide retirarse a un apartado pueblo costero en busca de inspiración. Al llegar a Tremor, un lugar ficticio en Asturias, los únicos vecinos en varios kilómetros a la redonda son Leo (Willy Toledo) y María (Pilar Castro), un matrimonio que parece ocultar algo y que vive justo en la casa vecina. Por otro lado, Álex comienza a enamorarse de Judy (Ana Polvorosa), la dueña de una pensión local, quien también carga con un pasado lleno de traumas.
No obstante, su paz se ve alterada cuando es alcanzado por un rayo durante una intensa tormenta, un suceso que desencadena en él una serie de visiones perturbadoras sobre su futuro y el de sus seres queridos. Estas visiones se convierten en el eje central del thriller, aumentando la intriga y el suspense a medida que avanzan los capítulos. Álex duda constantemente de la realidad que lo rodea, y el espectador se ve en la misma situación, preguntándose si las premoniciones son solo un producto de la imaginación del protagonista o si podrían anticipar una realidad venidera.
La última noche en Tremor es una de esas series que demanda atención total para no pasar por alto las pistas que se van dejando a lo largo de la trama, aunque, una vez te adentres en ella, no podrás dejar de verla hasta el último episodio. Con un total de 8 capítulos, está disponible exclusivamente en el catálogo de Netflix: tú decides si devorarla de un tirón o disfrutarla a lo largo de varias tardes invernales, ya que la duración de cada episodio varía entre 60 y 80 minutos.
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