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Rauw Alejandro ha suspendido su gira por Latinoamérica debido a “dificultades en la organización de los espectáculos”. Veronica Gómez
La artista logró comunicar a través de las melodías de “El Mal Deseo” las sensaciones que relatan sus composiciones, cargadas de afecto y sufrimiento. Esta habilidad podría ser el secreto principal de su triunfo, aunque existen aspectos adicionales. En aquella fecha del 2 de noviembre de 2018, la trayectoria de Rosalía experimentó un gran impulso, y hasta el momento, no ha alcanzado su punto más alto.
Rosalía se dio a conocer el 2 de noviembre de 2018 con un álbum que refleja la intensidad oscura del amor. El Mal Querer es un disco repleto de ornamentos, insinuaciones, experimentación y audacia.
La artista se aventuró en un terreno desconocido, transformando los sonidos del flamenco convencional de su anterior producción junto a Raúl Refree, Los Ángeles (2017), por algo considerablemente más revolucionario. Un cambio que, sin pretenderlo, generó un nuevo estilo y atrajo la mirada de millones de seguidores. Este cambio fue llevado a cabo en colaboración con el productor Pablo Díaz Reixa, también conocido como El Guincho, y con C. Tangana, quien contribuyó en ocho de las once pistas del álbum.
Su voz, que es prácticamente un hechizo por sí misma, dio vida a las composiciones que había concebido como capítulos de un álbum conceptual. Fue concebido como su proyecto de finalización de estudios en la Escuela Superior de Música de Cataluña, donde Chiqui de la Línea la seleccionó como su pupila.
La ESMUC elige solamente a un estudiante de cante jondo al año, y en 2014 ingresó Rosalía. Si bien había nacido como paya, siendo catalana y sin raíces andaluzas cercanas, a su mentor no le importó. “Era un perfil poco común en ese momento: una mujer que no proviene del entorno andaluz o del ámbito flamenco, pero que muestra interés por el género. Tampoco había escuchado mucho. Existe una corriente purista que sostiene que este cante no se puede enseñar. El desafío me motivaba”, expresó en una entrevista para El País Semanal.
Aunque El Mal Querer no representó su debut discográfico, se resistió a crear una simple recopilación de canciones. Optó por un tema central que unificara todo, el amor en su faceta oscura, y musicalizó lo que rodea este sentimiento: los celos, la obsesión, la sumisión, el silencio, el maltrato. Incluyó palmas, coros de niños, moduladores, sintetizadores. Y todo se amalgamó sin margen de error.
Las letras de las canciones tienen su origen en la literatura. Rosalía se inspiró en la historia de El Román de Flamenca, una novela occitana medieval del siglo XIII que fue prohibida por la Iglesia por ir en contra de las normas y doctrinas del catolicismo.
El personaje principal, una mujer atrapada por un hombre cegado por los celos, actúa como hilo conductor a lo largo de las once canciones, cada una basada en un capítulo del libro. Esta narrativa abarca desde el comienzo del enamoramiento hasta el abuso, finalizando con el renacimiento del amor propio. Recientemente, Rosalía confesó a Penélope Cruz que estuvo a punto de descartar “Bagdad” (capítulo 7) del álbum debido a su estructura “más pop”. Sin embargo, decidió no hacerlo, confiando en su instinto. Para la actriz, esta pieza es una “obra maestra”.
El álbum El Mal Querer obtuvo seis Latin Grammy entre 2018 y 2019, incluyendo el premio al Mejor Álbum del Año. En 2020, recibió el codiciado premio Grammy al Mejor Álbum Alternativo.
Su distintiva melena ondulada de cantaora, su atuendo moderno de chándales y unas uñas convertidas en auténticas obras de arte fueron elementos fundamentales en la construcción de su imagen como artista.
En el escenario, se presentaba como una suerte de adivina, una artista capaz de hechizar al público con una puesta en escena visionaria. Durante la gira de El Mal Querer, vistió trajes diseñados por Palomo Spain, resaltando el contraste entre una voz que evocaba lo tradicional y los ritmos urbanos de canciones como “De aquí no sales”, con rugidos de motores y choques de metales, o “Malamente”, con el sonido de cristales rotos.
Con una actuación respaldada por ocho bailarinas conocidas como Las ocho rosas, la cantante desafió a los puristas que la acusaron de apropiación cultural, mostrando la valentía innata de alguien que cree en su proyecto. “El flamenco no pertenece a nadie”, repitió incansablemente en numerosas entrevistas. En una ocasión, lo reconoció como parte integral de su identidad: “El flamenco ha sido parte de mi vida durante 10 años. Por elección propia, sí, pero ha estado presente. No es un disfraz, es mi vida”.
Tan solo 48 horas después del lanzamiento del álbum, Rosalía atrajo a una multitud que llenó la Plaza de Colón en Madrid. Pedro Almodóvar, presente en el evento, le gritó su famosa frase “Rosalía, que soy Pedro” antes de que subiera al escenario, en el Festival Cultura Inquieta de la capital, evidenciando que el mundo del arte se nutre de más arte.
Los reconocimientos a nivel internacional comenzaron a llegar mientras su carrera despegaba. Una colaboración fundamental fue su unión con J Balvin en la ya icónica canción “Con Altura”, una de las primeras canciones latinas que impactó a nivel mundial. Avanzaba con determinación en la industria, como cuando incluyó a Las Grecas en su actuación en Coachella, uno de los festivales más destacados a nivel global.
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Escrito por Veronica Gómez
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