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Rauw Alejandro ha suspendido su gira por Latinoamérica debido a “dificultades en la organización de los espectáculos”. Veronica Gómez
El artista mostró su faceta más sensible en un escrito.
Elián Valenzuela, popularmente reconocido como L-Gante, publicó un mensaje lleno de sentimientos y pensamientos sobre la compleja situación que enfrenta. A sus 24 años, este referente del género RKT relató cómo su existencia se ha convertido en un torbellino de ansiedad, presiones constantes y acosos interminables.
“Soy Elián Valenzuela, aunque el mundo me conoce como L-Gante. Tengo 24 años, soy músico y desde hace tiempo vivo de mi arte. Siempre lo dije: soy un chico de barrio que alcanzó sus metas desde cero, dejando el alma en cada paso, superando innumerables obstáculos, especialmente los prejuicios”, inicia el comunicado, impregnado de un profundo sentimiento de dolor y fragilidad.
El cantante continuó explicando cómo los años le enseñaron a lidiar con el odio y la envidia, pero admitió que la situación actual ha sobrepasado los límites de lo soportable. “Con el tiempo aprendí a resistir el odio, la envidia y las críticas clasistas y raciales que siempre me rodearon. Decía que toda esa energía negativa me fortalecía, y así fue… hasta hoy”, expresó. No obstante, confesó que la presión acumulada en los últimos meses lo llevó a experimentar una angustia desconocida. “La verdad es que hoy estoy invadido por el dolor y la tristeza. Han conseguido empujarme a un lugar que jamás imaginé”.
El punto de quiebre, según L-Gante, fue el juicio en el que resultó absuelto. Aunque esperaba que ese fallo marcara el fin de los ataques en su contra, el cantante asegura que sucedió lo contrario. “Pensé que la absolución sería un nuevo comienzo, pero estaba equivocado. Desde entonces, parece que solo tienen un objetivo: quieren, necesitan verme derrumbarme”, expresó.
En su comunicado, Valenzuela apuntó directamente contra quienes considera responsables de este acoso incesante. “¿Quiénes son? Algunos de los abogados a los que enfrenté y vencí en los Tribunales, y cierta prensa que me extorsiona constantemente. Si no les doy una entrevista, buscan a un abogado para que hable mal de mí”, denunció. También describió cómo su vida se ha convertido en un círculo de amenazas y chantajes. “Muchas personas me han dicho: ‘Dame dinero o te denuncio’. Todo se ha transformado en un auténtico infierno”.Uno de los incidentes más graves, según el artista, fue la acusación que lo relacionó con el narcotráfico. “Primero dijeron que estaba involucrado e incluso aparecía en fotos dentro de una investigación por narcotráfico. Eso es falso, no hay ninguna causa en la que mi nombre y mi reputación estén comprometidos”, aseguró. A pesar de haber presentado un habeas corpus para limpiar su imagen, el cantante afirma que los ataques continúan. “Solo después de eso pude demostrar que mi honor sigue intacto”, declaró.
Sin embargo, en lugar de cesar, L-Gante denunció que las difamaciones tomaron giros aún más inquietantes. “Ahora, como ya no tienen esa mentira, en lugar de parar, inventan otra aún más terrible, si es que eso es posible. Vivo con autos extraños siguiéndome, mi casa, la de mi hija, la de mi pareja, aparecen a diario en los medios. Ustedes no van a parar hasta que algo me suceda”, expresó con creciente desesperación.
El tono del comunicado se tornó aún más grave cuando el cantante reflexionó sobre cómo esta persecución afecta su salud mental. “La mediatización y el circo televisivo se convirtieron en una persecución. Siento que ya no solo quieren verme preso, tal vez lo que buscan es verme muerto o que yo mismo acabe con mi vida”, escribió, revelando el peso emocional que carga a diario.
Además, Valenzuela compartió su preocupación por el impacto que esta situación tiene en sus seres queridos, especialmente en su hija y su pareja. “Han llegado demasiado lejos, nunca creí que serían capaces de tanto. Me equivoqué. Esto está afectando a mi hija, a mi pareja, a mis familiares y a todas las personas que me quieren”, concluyó, visiblemente perturbado.
En su mensaje final, hizo un llamado a la reflexión sobre las repercusiones de estas prácticas mediáticas y sociales. “Les pido por favor que cuiden la salud mental de las personas, para que, al menos una vez, eviten el ridículo que hacen al tratar el tema cuando ya es demasiado tarde”, afirmó, dejando en el aire una inquietante advertencia.
El testimonio de Elián Valenzuela es, en sus propias palabras, un grito de auxilio. Sus palabras no solo reflejan la dureza de su realidad, sino también la necesidad urgente de un cambio en la forma en que las figuras públicas son tratadas en el ámbito mediático. El mensaje de L-Gante resonó como un llamado desesperado en un contexto donde las presiones externas pueden desencadenar consecuencias devastadoras.
Escrito por Veronica Gómez
anuncio despertó inquietud: L-Gante Quieren verme sin vida
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