C. Tangana: “La tecnología ha hecho que todo esté vacío, incluida mi música”

C. Tangana: “La tecnología ha hecho que todo esté vacío, incluida mi música”

C. Tangana, actualmente conocido como Antón Álvarez, ha presentado su primera película como director en una conversación en el Festival de Cine de San Sebastián, donde “La guitarra flamenca” de Yerai Cortés tuvo su estreno mundial. Durante su intervención, el cantante expresó críticas hacia los métodos de creación artificiales que predominan en la actualidad, abogando por un enfoque artístico más auténtico y conectado con la realidad.

C. Tangana, ahora bajo su nombre real, Antón Álvarez, ha debutado como director de cine con su primer largometraje, **”La guitarra flamenca de Yerai Cortés”, presentado en el Festival de Cine de San Sebastián.

El documental-musical narra la historia personal del guitarrista flamenco Yerai Cortés, a través de composiciones creadas tanto por él como por Antón Álvarez. Durante una charla en el festival, ambos músicos, junto a Harto Rodríguez, quien también participó en la creación de la banda sonora, discutieron en profundidad sobre el proceso creativo detrás del proyecto.

En la charla, que tuvo lugar el martes 24 de septiembre en el centro cultural Tabakalera, después de la proyección del documental, el público pudo conocer los detalles ocultos detrás de las cámaras y descubrir el concepto artístico que llevó a C. Tangana, el músico, a transformarse en Antón Álvarez, el cineasta.

Lo real frente a lo digital.

Uno de los aspectos más destacados del documental es que fue grabado en formato fílmico, no digital, lo cual, según Yerai Cortés, es “una forma muy flamenca de rodar”. Este método limita el número de tomas, haciendo que lo capturado por la cámara y el micrófono sea más auténtico. Cortés comenta: “Pucho y yo, cuando discutíamos la estética de la película y la música, siempre valorábamos lo crudo, lo bruto, lo ordinario y el ruido. Nos gustaba que en las grabaciones se escuchara todo: los pájaros, los coches… Todo lo incluíamos en la pieza musical”.

La grabación en fílmico también permitió capturar la energía de las escenas, como la de estar rodeado de “35 gitanos gritando y cantando”, según relata Cortés, quien elogió a Harto Rodríguez por ordenar y limpiar esas pistas sin perder el toque humano.

Cortés agregó que los errores que ocurrieron durante el rodaje son, en realidad, parte del arte, ya que reflejan que la música que suena en la película es genuina y en vivo. “Lo que llamamos error es parte de la composición de la obra. Quizás podría haber tocado mejor en algunas partes, pero nunca igual. Dejamos que la vida impregne la música”, concluyó.

Antón Álvarez, conocido artísticamente como C. Tangana, ha expresado su interés por lo orgánico frente a la manipulación digital en su charla durante el Festival de Cine de San Sebastián. El artista admitió que, aunque comenzó como rapero y se vinculó con lo urbano para ganar dinero y hacer lo que le gustaba, siempre ha buscado lo auténtico en su música. “Sentía que la música estaba muerta”, reflexionó C. Tangana, destacando su inclinación hacia lo crudo y real.

Álvarez fue más allá, al ofrecer su visión sobre el futuro de la industria musical: “Hay algo especial en la música en vivo… Estoy convencido de que la tendencia de los videoclips cambiará y veremos más actuaciones en directo. No se trata de que el artista sea perfecto, sino de generar un contacto directo con él. Hay cosas que impactan a la gente joven, pero son cosas que se han hecho siempre. Esto pasa porque estamos acostumbrados a ver algo muy artificial y colorido”.

El director y músico enfatizó que el valor de lo auténtico es lo que hace que su película resuene: “Lo que todos sienten al ver la película es que la música está más viva, y lo que ocurre tiene un punto más orgánico y real. Nos emociona porque hemos consumido tanto contenido pregrabado. Esto es real. Si lo grabas en el estudio, es una mierda”, afirmó.

C. Tangana también describió su propia música como “tétrica”, atribuyendo este fenómeno al impacto de la tecnología. “Es tétrico. Escuchar un disco de flamenco que suene perfecto, con las palmas bien ordenadas… eso está muerto. Mi música también lo está. Ahora, todas las imágenes están cuidadas e iluminadas, siempre vemos platós y estudios… Las limitaciones técnicas con las que rodamos hacen que todo parezca más vivo, con más valor y peso emocional”, defendió el artista, subrayando que esas imperfecciones son lo que da vida a su obra.

La búsqueda de la propia identidad.

Uno de los temas centrales en “La guitarra flamenca de Yerai Cortés”** es la búsqueda de la identidad. En una de las primeras escenas, Antón Álvarez (C. Tangana) reflexiona sobre la dualidad que vive el guitarrista: “Los modernos lo ven como un moderno, los gitanos lo ven como un gitano”. Yerai Cortés, quien navega entre ambos mundos, tiene la capacidad de adaptarse según las circunstancias.

Cortés se enfrenta constantemente a esta pregunta de identidad: “Muchas veces te preguntas dónde estás, sobre todo cuando sientes que ambos mundos te quieren. ¿Será que quiero que me acepten y por eso me adapto?”, se cuestiona. A lo largo de la película, el guitarrista reflexiona sobre su naturaleza camaleónica y el deseo universal de ser aceptado. “Creo que todos intentamos agradar y ser aceptados, no solo entre gitanos y payos. Mi abuela viene de un origen humilde, pero a mí me gusta que Antón y Harto me lleven a comer a restaurantes caros. Es difícil etiquetar quiénes somos. Me gustaría eliminar la palabra ‘problema’ de ‘tengo un problema de identidad’, y decir que ‘estoy en búsqueda'”, añade.

Por su parte, C. Tangana también reflexiona sobre su propia identidad, expresando que no se siente definido por ser músico: “Como músico no valgo un duro”. Para él, su carrera es un proceso de experimentación: “Siento que hago cosas, mejor o peor, y el público me confirma si tengo más dinero para financiar lo siguiente. Me emociono con la vida cuando hago cosas nuevas”, admite.

Antón Álvarez también confesó que nunca había sentido tanta “responsabilidad moral” con una obra como con esta película, ya que cuenta historias reales, con personas y sentimientos auténticos. Así, **”La guitarra flamenca de Yerai Cortés”** se presenta como una ópera prima notable, donde C. Tangana demuestra una personalidad artística sólida detrás de las cámaras, apostando por lo orgánico y por la exploración de la propia identidad.

 

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