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Rauw Alejandro ha suspendido su gira por Latinoamérica debido a “dificultades en la organización de los espectáculos”. Veronica Gómez
El capitán de la selección española confesó en una entrevista los difíciles momentos que vivió en su batalla contra la enfermedad, la cual casi lo aparta de la Eurocopa.
La vida de los futbolistas de élite no es tan perfecta como muchos imaginan. Aunque disfrutan de grandes privilegios, no todo es un camino de rosas. Cada jugador enfrenta sus propias dificultades, y Álvaro Morata ha librado una de las más duras. En una entrevista con la cadena de radio COPE, el capitán de la selección española compartió el calvario que vivió, poniendo en duda su participación en la última Eurocopa: «Tres meses antes, me preguntaba si sería capaz de volver a jugar un partido».
El desenlace fue muy distinto a lo que él esperaba: «Tres meses antes de la Eurocopa, lo último que se me pasaba por la cabeza era ponerme la camiseta y ser capitán. Estaba pensando en si podría volver a disputar un partido. No entendía lo que me sucedía, es algo muy delicado y complicado».
Las críticas constantes lo afectaron profundamente, tanto a él como a su familia: «Llegó un punto en el que lo que más me gustaba era lo que más odiaba. Me avergonzaba estar con mis hijos y salir a la calle. Cada vez que salía con ellos, siempre ocurría algo, a veces sin mala intención, relacionado con incidentes de partidos anteriores. Finalmente, ni ellos querían ir conmigo a hacer la compra, cosas normales que hace un padre con sus hijos. Recibía tantos comentarios delante de ellos que me sentía avergonzado de estar con ellos. Me convertí en una burla fácil, una forma de hacer reír al que estaba al lado».
Buscar ayuda para seguir adelante.
«Pedí ayuda en el momento en que me di cuenta de que la situación se me escapaba de las manos. Iba camino al entrenamiento sabiendo que no estaba bien. En el vestuario los compañeros notaban que algo no iba bien conmigo. Cuando tenía que cambiarme para salir al campo, muchas veces terminaba yéndome a casa para encerrarme en mi habitación y luchar contra mi propia mente», confesó.
«Es una enfermedad como cualquier otra. Así como vamos al gimnasio, también necesitamos a alguien que nos apoye. Creo que desde los colegios se debería concienciar sobre la importancia de los psicólogos y la salud mental», añadió en este contexto.
La Selección y el Atlético de Madrid.
Morata confesó que en la selección nadie estaba al tanto de su lucha interna: «Nadie sabía nada en la selección. No quiero ni imaginar qué habría pasado si la Eurocopa no hubiera terminado como lo hizo. Los doctores me apoyaron muchísimo, al igual que el míster y mis compañeros… El mejor tratamiento ha sido estar con ellos, me devolvieron la felicidad».
También compartió un aspecto angustiante de su experiencia: «No quería leer nada. Llegaba a mi habitación y me sentía anestesiado, sin tiempo para pensar. Sufrí algo llamado ‘sueños vividos’, en los que soñaba que lograba cosas increíbles, pero me despertaba con ansiedad al ver que no eran reales», reveló.
El Atlético de Madrid también fue un gran pilar en su recuperación: «Lo pasé fatal. Pensaba que nunca volvería a ponerme los botines ni a pisar un campo. Pero gracias a muchas personas, como Simeone, Koke, Miguel Ángel Gil, mi psiquiatra, mi coach… logré salir adelante. Lo que mostramos en la televisión o en las redes no es siempre la realidad. A veces tienes que dar una imagen porque es parte de tu trabajo».
«Llegó un momento en que no podía ni abrocharme los botines»
Morata detalló el nivel de angustia que alcanzó en sus peores momentos: «Lo pasé realmente mal, hasta que exploté. Llegó un punto en el que no podía ni abrocharme los botines. Cuando lo hacía, me iba corriendo a casa porque se me cerraba la garganta y comenzaba a ver borroso».
La depresión llegó al extremo de necesitar medicación: «Estuve medicado. He tenido que tomar de todo, por eso insisto en que no es algo insignificante. No puedes detener el mundo para siempre por una situación así. A todas las personas que puedan estar pasando por algo similar, les digo que yo lo tenía todo y aun así llegué a este punto. Son cosas que no dependen de lo que uno tiene o vive».
Morata explicó que su decisión de regresar a Italia estuvo influenciada por el trato que recibía en España: «Al principio pensaba quedarme, porque tenía ganas de hacerlo. Di una entrevista en la que mencioné que no sabía si continuaría en la selección, y una noticia que, en mi opinión, fue exagerada me hizo darme cuenta de que en Italia no me pasaba lo mismo. Allí la gente me respeta; pueden decirte que son de otro equipo, pero es diferente. Una vez que te ponen una etiqueta, es muy difícil quitársela».
Además, reflexionó sobre sus luchas internas: «Cuando enfrentas momentos realmente duros, como la depresión o los ataques de pánico, no importa el trabajo que tengas o la situación en la que te encuentres. Hay otra persona dentro de ti con la que tienes que pelear cada día y cada noche. Para mí, lo mejor era salir de España, no lo podía soportar».
«La Eurocopa me cambió la vida»
Para Álvaro, ganar la Eurocopa fue un punto de inflexión en su relación con el público: «Muchas veces crucé la línea. Cuando me insultaban, hice que las personas que intentaban hacerme sentir mal pasaran vergüenza. La Eurocopa me cambió la vida, porque ahora me respetan más. Es una espina que tenía clavada. Podré terminar mi carrera con más o menos goles, pero la imagen de ser campeones siempre estará ahí».
Escrito por Veronica Gómez
Álvaro Morata batalla depresión
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