“Yarea adopta la nostalgia en su álbum ‘Involuntario’ mientras se desprende de ella.”
“Yarea se establece como cantante y compositora, pero ante todo como artista, con su segundo disco: Involuntario. La joven vasca propone una travesía personal por la nostalgia, el recuerdo, el desamor y la idealización a través de 13 temas donde la melancolía surge de una producción auténtica y relatos íntimos basados en vivencias reales.”
“La música como un diario. Como una escapatoria de la realidad para, precisamente, reflexionar sobre ella y expresar emociones profundas que nos cuesta comprender. Hay quienes escuchan canciones para sentirse reflejados, para calmar su mente y emocionarse, mientras que otros lo hacen desde el otro lado: desde la creación. Este segundo grupo incluye a Yarea.
Desde Bilbao, la joven de 27 años ha logrado hacerse un espacio en la industria musical, colaborando con artistas como su esposo Dani Fernández, Edurne, Ruslana, Marlena o Charlie USG. Ahora, Yarea presenta su propuesta más genuina hasta el momento con su segundo álbum, Involuntario, donde abraza la nostalgia a través de sonidos pop-folk que hablan de “cosas que sientes sin quererlo, sin poder evitarlo”, según sus propias palabras.
Inspirada principalmente por el álbum Good Riddance de Gracie Abrams, Yarea se basa en experiencias personales y hechos reales para componer las 13 canciones que conforman Involuntario, un trabajo en el que la artista se ha involucrado por completo durante dos años de trabajo. “Quería que todo sonara compacto y orgánico con un toque atmosférico”, explica, justificando que todos los temas estén producidos por Alex Granero, quien también ha colaborado con ella en algunas letras.
‘Espina’ Con su voz suave pero madura como herramienta para exteriorizar sentimientos, Yarea da inicio a su segundo álbum con una canción dedicada a un “amor del pasado que sigues llevando dentro”, donde la guitarra juega un papel central. “Creo que tenemos una espina clavada / Con la que no hacemos nada / Y aunque de tocarla está menos afilada / Ninguno quiere sacarla”, canta en el estribillo de Espina, en referencia a un romance que terminó abruptamente pero que sigue vivo. Una relación sin cerrar.”
‘Lo mejor.’
Con una duración de apenas un minuto y 57 segundos, Lo mejor es la segunda canción más corta del álbum, en la que Yarea relata una relación tóxica de la que, a pesar de ser consciente, no pudo escapar. “Debería subir más esta falda / Viniste y me diste agua cuando viste que ya estaba borracha / Y aun así, yo solo quiero que me miren así, otra vez / Y aun así, yo solo espero que te acuerdes de mí”. Con estas palabras, la artista plantea una de las temáticas más recurrentes en Involuntario: el recuerdo, la memoria del pasado. La nostalgia.
‘Capacidad.’
Yarea, como amante de la melancolía, la tristeza y la oscuridad, admite que esta es una de sus canciones preferidas del proyecto porque “resume muy bien el álbum a todos los niveles”. Siguiendo la línea de los recuerdos, en Capacidad la artista reflexiona sobre lo que ella llama la “enfermedad de la nostalgia crónica”. “Tiendo a idealizar cualquier tiempo pasado / Es mi único modo de sabotear todo lo que quise y a quien tengo al lado / Creer que lo que fue era más especial”, canta en la segunda estrofa.
‘Loba.’
La más sombría del álbum a nivel musical, con piano y guitarra; la canción que Yarea desearía no haber compuesto jamás y que podría haberse quedado fuera de Involuntario. Con Loba, recupera la historia real sobre una traición hacia una amiga, aunque también se inspira en su propia experiencia viviendo algo similar. “Duele en el pecho y hablas y hablas y yo no lo entiendo / Que has sido tú, que esto nos ha pasado a ti y a mí”, canta con resentimiento Yarea, quien, al interpretar la canción en directo, mantiene la mirada fija en un punto, como si lo mirara a él.
Dime si tú.
Siguiendo la línea de Lo mejor, Yarea aborda un amor desequilibrado en la composición más dinámica vocalmente. “Sin que lo merezcas, sigo entera / Y te suplico, hazme lo que quieras / Guardo la tristeza para cuando duermes”, canta en la primera estrofa. Y, una vez más, la memoria se presenta en el estribillo: “Dime si te llevan las señales / O si te sientes culpable / Si te agarra por las noches / Un miedo inconfesable”.
‘Aunque no te lo diga’,
Yarea admite ser una persona distante, a la que se le olvida expresarle a su pareja “que eres toda mi vida”. Así lo explica ella misma al presentar Aunque no te lo diga, una canción dedicada a Dani Fernández que forma parte de la exclusiva lista de las dos únicas canciones felices del álbum. “No sé responder cuando tú no me miras / Pero sabes que estoy bien, aunque no te lo diga”, canta como una declaración de amor.
‘Nana nuestra.’
La más breve, con solo un minuto y 41 segundos. La más pausada, cantada en un susurro, en un hilo de voz dirigido a una persona que no sale de su mente. “Se me ha hecho tarde y pienso mucho en ti / Cuanto más me agoto, más me acuerdo de los dos / Tengo todo claro menos qué será de ti y de mí”, dice en la pieza más arriesgada en cuanto a estructura, en una nana directa y sin estribillo.
‘Tú de mí’.
De nuevo, el recuerdo y la nostalgia. En Tú de mí, le canta a una persona en la que piensa constantemente, aunque no lo merezca. “Qué pensarás tú de mí / Me querrás para siempre / O me desearás lo peor”, pregunta Yarea a todos los amores del pasado que guarda en su mente, pero de los que apenas sabe nada en el presente.
‘Noviembre‘.
La otra canción feliz de Involuntario, donde la artista introduce la única colaboración del disco junto a Dani Fernández, con quien reflexiona sobre su experiencia como madre desde hace casi un año. “Todos tenían razón, no existe nada parecido / Quiero congelar los días, hacerlos infinitos / Cómo era antes de estar contigo, noviembre es mi mes preferido / Yo voy a hacer que sea divertido”, cantan al unísono en el estribillo.
‘Tu nombre’.
Al igual que Capacidad, Yarea canta aquí sobre la idealización: “Una historia del pasado que idealizas y ya no sabes si fue así o no. Esa incertidumbre siempre me ha inspirado mucho”, reconoce la artista. Con una producción muy acústica, los efectos de guitarra usados parecen arrastrar lo ocurrido hasta el día de hoy; una metáfora formal sobre la confusión que plantea Tu nombre: “No sé si esos recuerdos son verdad o no”, dice la letra.
‘Espejismos’
Para Yarea, es el tema “más sombrío”. Reconoce que Espejismos también está inspirada en su relación con Dani Fernández, aunque esta vez parte de un lugar más oscuro. Habla sobre los altibajos en una relación, los mismos que atraviesa la producción musical entre pausas y golpes contundentes. “Me ha parecido ver algo que no estaba ahí / Pero no sé si es real o un espejismo”, dice a medio camino entre la decepción y la duda. Yarea termina la canción susurrando, como si todo esto solo fuera una idea fugaz. Un pensamiento en medio de una relación feliz.
‘2017’
La nostalgia en su máxima expresión. El paso del tiempo es el protagonista de 2017, un tema impregnado con ecos del pasado donde Yarea se pregunta si es normal sentir que no te encuentras, que estás perdida y que nunca volverás a ser tan feliz como lo fuiste antes. “Se me van los veintitantos / Ya no sé cómo ha pasado / Huele igual que aquella tarde / Pero nada es como antes”, canta en la primera estrofa.
‘Outro’, fin
Para cerrar todo el álbum, la vasca termina con un tema que parece revelar su propósito confesional: “Ya sé que no es tan importante / Pero que alguien me lo arranque / No me deja respirar”, canta en una composición que retoma algunos versos de las demás canciones como despedida.
De este modo, Yarea culmina un trabajo en el que la nostalgia, la melancolía y los recuerdos se entrelazan con relatos de desamor y autorreflexión. Un álbum donde la artista se muestra sincera tanto artística como personalmente, logrando un sonido más maduro que, a su vez, corre el riesgo de volverse repetitivo si sigue un formato musical tradicional en lugar de explorar la innovación. Así es Involuntario, así es Yarea.
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