‘Rock DJ’ de Robbie Williams: la auténtica historia del videoclip que conmocionó al mundo

Se trata de uno de los videoclips más emblemáticos de Robbie Williams, en el que el artista literalmente “se quita la piel” durante la grabación, generando un impacto mundial desde el momento de su estreno. Curiosamente, el equipo de Williams lanzó el videoclip el 6 de julio, semanas antes de que la canción estuviera disponible en formato físico, el 31 de julio. Esta estrategia, adelantada a su tiempo, resultó ser un acierto, dado el contexto de la industria musical de aquel entonces, asegurando el éxito del álbum.

Un videoclip controvertido.

El director del vídeo, Vaughan Arnell, explicó los entresijos del polémico proyecto en una entrevista para Huffington Post UK. Arnell, quien ya había colaborado con Williams en el videoclip de Back For Good con Take That y, posteriormente, en su carrera como solista con vídeos como Angels, Let Me Entertain You y Millennium, volvió a trabajar con él en Rock DJ.

Según Arnell, “era una época en la que no existía la viralidad, y había una línea muy fina entre lo escandaloso y lo aceptable”. Por ello, tuvieron que lidiar con las sugerencias de la discográfica para evitar que el resultado final “pareciera un conejo desollado”. A pesar de sus esfuerzos, el director confesó que “en el fondo sabía que acabaría pareciendo un conejo desollado”.

El rodaje fue todo un desafío técnico. Arnell recordó que cada pieza de piel y músculo tenía que ser moldeada específicamente, lo que implicaba el uso de prótesis y maquillaje prostético. Robbie pasaba entre cuatro y cinco horas al día en preparación durante los cuatro o cinco días que duró la grabación.

Un logro que fue posible, en parte, gracias al característico sentido del humor de Robbie Williams, un rasgo que ha marcado su carrera. Desde detalles como “arrancarse las nalgas porque era gracioso” hasta anécdotas fuera de cámaras, como cuando “la última noche de rodaje fue a una gasolinera y pidió 20 Marlboro y una caja de pilas”, el cantante aportó su toque desenfadado al proyecto.

El resultado fue uno de los videoclips más icónicos de la década dentro de la música británica, no solo por el desafío sangriento que planteaba, sino también por su innovador enfoque. Con un concepto de grabación en 360 grados, la participación de decenas de modelos sobre patines y la actuación de la modelo Lauren Gold como la DJ que Robbie intenta impresionar despojándose de su ropa e incluso de su piel, el videoclip se consolidó como una obra maestra que marcó una era.