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El esposo ha declarado que desconocía que su pareja estuviera embarazada.
Erika, una ciudadana ecuatoriana de 39 años, fue arrestada este lunes en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, acusada de haber provocado la muerte de su bebé, cuyo cuerpo apareció descuartizado el pasado 12 de diciembre en una planta de reciclaje de Loeches. La mujer ha negado haber estado embarazada durante el año anterior y rechaza cualquier responsabilidad en el fallecimiento de la recién nacida.
La Guardia Civil procedió a su detención tras confirmarse, mediante una prueba de ADN, que es la madre biológica del bebé. Esta prueba genética representa la principal prueba que sostiene la acusación, según fuentes cercanas a la investigación. A pesar de ello, Erika argumenta que no podía quedar embarazada debido a un tratamiento médico que, asegura, se lo impedía. La mujer, además, es madre de otros tres hijos de 18, 9 y 5 años.
La abogada defensora, Claudia López Ballesteros, ha subrayado que su representada «niega haber estado embarazada y, en consecuencia, haber cometido un crimen de tal magnitud». Asimismo, la letrada explicó que Erika no ha prestado declaración ante la Guardia Civil siguiendo una recomendación legal, y que solo lo hará ante el juez una vez se levante el secreto de sumario.
Durante el registro efectuado en su vivienda en Puente de Vallecas, la unidad canina detectó varios puntos de interés donde se hallaron posibles restos, los cuales están siendo analizados para comprobar si guardan relación con el caso. El esposo de la detenida también ha declarado en calidad de testigo, asegurando que desconocía que su mujer estuviese embarazada.
Fuentes policiales señalan que no es la primera vez que Erika se ve vinculada a la muerte de un recién nacido. En 2003, cuando tenía 17 años, ya fue investigada por el fallecimiento de otro de sus hijos poco después del parto. Sobre estos antecedentes, su abogada, Claudia López Ballesteros, ha indicado que aún no ha podido contrastarlos ni con su clienta ni con el contenido del sumario, aunque reconoce que la Guardia Civil los contempla como un posible indicio dentro de la investigación actual.
Erika permanece bajo custodia policial a la espera de ser puesta a disposición judicial. La causa continúa bajo secreto de sumario mientras avanzan las diligencias.
La operación, denominada Natal, se puso en marcha durante la madrugada del 12 de diciembre de 2024, tras el hallazgo de la cabeza de una recién nacida en una bolsa de basura por parte de un operario de la planta de reciclaje de Loeches. El macabro descubrimiento se produjo mientras trabajaba en la cinta de selección de residuos.
Los análisis forenses confirmaron que la bebé nació con vida y que falleció como resultado de una muerte violenta.
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Escrito por Veronica Gómez
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