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Expertos advierten sobre una “nueva pandemia” causada por la hiperconexión digital en niños y adolescentes.

today9 de julio de 2025 1

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Expertos advierten sobre una “nueva pandemia” causada por la hiperconexión digital en niños y adolescentes.

Especialistas en salud mental y desarrollo infantil alertan sobre los efectos negativos del uso excesivo de dispositivos electrónicos. Esta hiperconexión digital, que se ha intensificado en los últimos años, está siendo calificada como una “nueva pandemia silenciosa” que afecta directamente al bienestar emocional, cognitivo y social de niños y adolescentes.

El uso continuado de pantallas desde edades tempranas está relacionado con problemas de atención, alteraciones del sueño, ansiedad, baja autoestima y dificultades en el desarrollo de habilidades sociales, según diversos estudios recientes.

Hiperconexión

La hiperconexión digital genera una “pandemia silenciosa” que afecta al sueño, la salud física y el desarrollo social infantil.

La imagen de la luz azul de un teléfono móvil iluminando un dormitorio infantil cerca de la medianoche se ha convertido en el símbolo de una nueva realidad alarmante: la llamada “pandemia silenciosa” provocada por la hiperconexión digital en niños, niñas y adolescentes. Cada vez más profesionales de la salud mental y pediatría alertan sobre los efectos perjudiciales del uso excesivo de pantallas desde edades tempranas.

La plataforma Control Z, recién creada en España, ha reunido a expertos de diversas sociedades científicas en el Consejo General de la Psicología para abordar esta crisis creciente.

“No estábamos preparados para lo que nos venía encima, y ahora lo estamos pagando”, advierte Julio Álvarez Pitti, secretario de la Asociación Española de Pediatría.

Datos preocupantes sobre el uso de pantallas en menores.

Los datos revelan una realidad preocupante: los menores dedican, de media, 200 minutos al día frente a una pantalla entre semana, y esta cifra aumenta a 300 minutos durante el fin de semana. Esta exposición prolongada está desplazando actividades esenciales para su desarrollo, como el juego activo, la interacción social y el descanso reparador.

Entre las principales consecuencias de esta hiperconexión destacan:

  • Sedentarismo y menor actividad física
  • Deterioro de la condición cardiorrespiratoria
  • Incremento del consumo de alimentos ultraprocesados
  • Aumento de la obesidad infantil, que ya afecta a 2 de cada 10 niños de entre 6 y 9 años
  • Alteraciones del sueño, debido al retraso en la producción de melatonina causado por la luz azul de los dispositivos
  • Problemas de comportamiento como irritabilidad, apatía y pérdida de hábitos saludables

Impacto físico y emocional creciente.

En las consultas pediátricas se ha detectado un aumento en casos de dolores de cabeza, fatiga visual y miopía en menores. A esto se suma el empobrecimiento del sueño, una menor motivación para las rutinas diarias y un descenso en las habilidades sociales debido al reemplazo de la interacción real por la virtual.

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La revolución digital está transformando de forma profunda, aunque muchas veces invisible, el desarrollo de niños y adolescentes. Así lo advierte Abigail Huertas, portavoz de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente, quien subraya que hoy en día los jóvenes forman su identidad, interpretan el mundo y crean vínculos sociales a través de una pantalla.

Cuando la conexión con el entorno se reduce al entorno virtual, la capacidad de interactuar en el mundo real se deteriora, con consecuencias preocupantes: aumento de la ansiedad, autolesiones y distorsión de la imagen corporal.

El exposoma digital: una nueva amenaza silenciosa.

El concepto de “exposoma digital”, explica Huertas, hace referencia a la cantidad de exposición acumulada a las pantallas a lo largo de la vida. Cuanto más temprana y más intensa sea, mayor será el impacto negativo en el desarrollo neurológico y emocional, del mismo modo que una exposición excesiva al sol aumenta el riesgo de cáncer de piel.

En edades tempranas, este exceso de estimulación digital ya está provocando trastornos del lenguaje y déficit de atención, afectando especialmente a los más pequeños. La psiquiatra advierte que dejar solos a los niños en internet es como abandonarlos en plena Gran Vía de Madrid: un entorno masivo, incontrolado y sin protección.

Evidencias neurológicas del daño por uso excesivo de pantallas.

David Ezpeleta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, compara los móviles con “tragaperras de bolsillo”, que generan una lluvia constante de microestímulos. Esta estimulación continua alimenta la adicción digital y deteriora la capacidad de atención sostenida.

Las resonancias magnéticas cerebrales ya muestran datos concretos: los adolescentes que pasan más horas conectados presentan un menor desarrollo en zonas del cerebro relacionadas con la memoria, el pensamiento abstracto y la comprensión de matices como la ironía.

En el caso de los niños en edad preescolar, el uso del llamado “chupete digital” (pantallas como distracción constante) provoca alteraciones cerebrales medibles, lo que se traduce más adelante en problemas de concentración, bajo rendimiento académico y mayor sensación de aislamiento emocional.

Control Z: la nueva plataforma que propone una “desescalada digital” para reconectar con la vida real.

Ante el preocupante diagnóstico trazado por expertos en salud mental y neurodesarrollo, surge una iniciativa con vocación de ser parte de la solución: Control Z, una nueva plataforma presentada este martes, que busca impulsar una desconexión consciente y saludable del entorno digital.

Según explicó su directora, Mar España, el objetivo principal de Control Z es «recuperar el control de nuestra atención voluntaria, reforzar las relaciones personales directas» y, en definitiva, «reducir el tiempo en la vida virtual para reconectar con la vida real y priorizar el contacto humano».

La plataforma nace como respuesta al creciente impacto de la hiperconexión digital en niños, adolescentes y adultos, promoviendo una “desescalada digital” que permita reequilibrar el tiempo que pasamos conectados con nuestras necesidades reales de bienestar físico, emocional y social.

Mar España lidera Control Z: una alianza multidisciplinar para frenar la hiperconexión digital.

Mar España, con una reconocida trayectoria en el ámbito de la protección digital, asume la dirección de Control Z, la nueva plataforma que busca revertir los efectos negativos de la hiperconexión. Exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos entre 2015 y 2024 y autora del libro Así se somete a una sociedad, lanza una advertencia contundente:
“Estamos ante un grave problema de salud pública. Tocamos más el móvil que a nuestros seres queridos”.

Pese a su reciente creación, la alianza Control Z ha logrado consolidarse en menos de dos meses y medio, prácticamente sin recursos. Está formada por 16 entidades que representan un amplio abanico de sectores:

  • Sociedades científicas como la Asociación Española de Pediatría, la Sociedad Española de Neurología o la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia.
  • Organizaciones civiles como la Fundación ANAR, Aldeas Infantiles SOS y Adolescencia Libre de Móviles.

Mar España destaca que el propósito de la plataforma no solo es generar conciencia, sino también transmitir un mensaje de unidad frente a una crisis creciente que afecta al desarrollo de millones de menores.

La plataforma Control Z establece tres líneas de acción claras ante la creciente hiperconexión digital que afecta a niños y adolescentes:

  1. Concienciar a familias, centros educativos y responsables políticos sobre los riesgos reales del uso excesivo de pantallas.
  2. Dar visibilidad a las iniciativas que ya impulsan organizaciones médicas y sociales en este ámbito.
  3. Impulsar cambios legislativos, incluyendo verificadores de edad fiables y leyes que garanticen el derecho al neurodesarrollo saludable.

“La OMS habla de la mayor crisis de salud mental de la historia”, advierte Mar España. “Si no reaccionamos por razones de bienestar, quizá lo hagamos por motivos económicos. El Fondo Monetario Internacional estima en seis billones de dólares el impacto global en 2030”.

El nombre de la plataforma hace alusión al conocido atajo de teclado “Control Z”, que permite deshacer una acción en la computadora. Con esa metáfora, la iniciativa busca revertir los efectos del uso abusivo de dispositivos móviles en la infancia y adolescencia mediante una “desescalada digital”, inspirada en los protocolos aplicados durante la pandemia de la covid-19, donde se priorizaba el seguimiento de las recomendaciones científicas.

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La hiperconexión como una crisis de salud pública

La imagen de un móvil iluminando una habitación infantil en plena noche se ha convertido en el símbolo de una crisis invisible pero creciente: la hiperconexión digital en la infancia y la adolescencia. Profesionales de la salud mental, la neurología y la pediatría coinciden en que estamos frente a una “pandemia silenciosa” con efectos profundos en el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los menores.

El uso de pantallas se ha disparado: 200 minutos diarios entre semana y 300 los fines de semana, según datos de la Asociación Española de Pediatría. Esto ha provocado una disminución de la actividad física, aumento del sedentarismo, alteraciones del sueño, incremento del consumo de ultraprocesados y un preocupante repunte de la obesidad infantil, que ya afecta a 2 de cada 10 niños de entre 6 y 9 años.

Impacto neurológico y emocional medible

El uso temprano e intensivo de dispositivos digitales altera el desarrollo del cerebro infantil. Resonancias magnéticas revelan que zonas relacionadas con la memoria, la abstracción y la interpretación emocional muestran un menor desarrollo en adolescentes muy expuestos. En niños pequeños, el llamado “chupete digital” provoca trastornos del lenguaje y déficit de atención desde edades tempranas.

“El móvil funciona como una tragaperras de bolsillo”, señala David Ezpeleta, de la Sociedad Española de Neurología. El flujo constante de estímulos fortalece la adicción y debilita la capacidad de concentración.

Una plataforma para revertir la situación: nace Control Z

En respuesta a esta situación, se ha lanzado Control Z, una plataforma que reúne a 16 entidades entre sociedades científicas (AEP, SEN, AEPIA), organizaciones civiles (Fundación ANAR, Aldeas Infantiles, Adolescencia Libre de Móviles) y grandes grupos mediáticos (RTVE, Mediaset, Atresmedia). Su directora, Mar España, ex responsable de la Agencia Española de Protección de Datos, explica el objetivo:

«Queremos recuperar el control de nuestra atención voluntaria y de nuestras relaciones personales. Acortar la vida virtual para volver a vivir en el mundo real, con personas de carne y hueso».

¿Por qué “Control Z”?

La plataforma toma su nombre del conocido atajo de teclado que sirve para deshacer una acción. Así, propone una “desescalada digital” inspirada en los protocolos de salud pública aplicados durante la pandemia de la COVID-19: actuar con base en evidencia científica, con medidas claras y coordinadas.

Tres objetivos clave para el cambio

Control Z articula su labor en tres líneas de acción:

  1. Sensibilizar a familias, educadores y responsables políticos.
  2. Visibilizar las iniciativas ya en marcha por parte de la comunidad científica y médica.
  3. Impulsar cambios legislativos, como la implantación de verificadores de edad confiables o leyes que protejan el derecho al neurodesarrollo.

“La OMS habla de la mayor crisis de salud mental de la historia”, recuerda Mar España. “Si no reaccionamos por salud, tal vez lo hagamos por economía: el FMI estima un impacto global de seis billones de dólares en 2030”.

Educar para prevenir: herramientas frente a la adicción digital

Aunque el panorama es preocupante, los expertos subrayan que no todo está perdido. José Tenorio, del Consejo General de Psicología, insiste en la necesidad de fortalecer al receptor: ofrecer a niños y adolescentes herramientas de autorregulación emocional, pensamiento crítico y acompañamiento para construir una relación saludable con la tecnología.

“No es lo mismo un videojuego que una red social o contenido pornográfico. Y no todos los niños son iguales”, recuerda Tenorio.

Según el índice UPI (Uso Problemático de Internet), uno de cada tres menores muestra señales de uso problemático, lo que se asocia a dificultades para gestionar emociones, aislamiento social y preferencia por vínculos virtuales frente a los reales.

Tres pilares para la prevención:

  • Fortalecer la autorregulación emocional.
  • Mejorar habilidades personales y sociales.
  • Crear entornos familiares y escolares seguros y protectores.

Recomendaciones prácticas para las familias

Los especialistas de Control Z proponen límites claros pero sensatos, sin demonizar la tecnología:

  • Evitar pantallas en menores de 6 años.
  • Entre 6 y 11 años, máximo una hora al día (incluyendo el uso escolar).
  • A partir de los 12 años, no más de dos horas diarias.
  • Retrasar al máximo la entrega de un dispositivo propio.
  • Supervisar qué consumen, cuándo lo hacen y cómo les afecta emocionalmente.
  • Evitar el uso de dispositivos en habitaciones cerradas y durante la noche.
  • Promover actividades alternativas: deporte, juego, contacto con la naturaleza y tiempo en familia.
  • Establecer un pacto familiar sobre el uso de tecnología.

“Los padres somos el ejemplo”, recuerda el pediatra Julio Álvarez Pitti.

🧠 Conclusión: una llamada urgente a la acción colectiva

La hiperconexión digital no es solo un desafío individual, sino un problema de salud pública que requiere respuesta urgente. Iniciativas como Control Z buscan revertir esta tendencia creciente y ofrecen un marco de acción para que familias, educadores, legisladores y profesionales avancen hacia una convivencia sana con la tecnología, poniendo el bienestar infantil en el centro.

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La escuela también entra en la ecuación digital.

Los centros educativos se han convertido en otro foco de hiperexposición a las pantallas. Si bien la digitalización en las aulas prometía modernizar la enseñanza, los expertos advierten de sus efectos colaterales. Mar España, directora de Control Z, lanza una advertencia contundente:

“Por primera vez, el sistema educativo está contribuyendo a perjudicar el neurodesarrollo de los menores”.

El uso generalizado de tablets, pizarras electrónicas y deberes digitales ha normalizado la presencia de pantallas durante todo el día, desde la escuela hasta el hogar. Este exceso tecnológico reduce el tiempo dedicado a la atención plena, el juego físico, la interacción social directa y el descanso adecuado, elementos clave para un desarrollo saludable.

Control Z aboga por una educación digital equilibrada, en la que las tecnologías sirvan como herramientas y no como sustitutos de los procesos cognitivos esenciales. La plataforma insta a los responsables educativos a revisar sus políticas tecnológicas y a reintroducir dinámicas presenciales, manuales y de interacción real, especialmente en las etapas más tempranas.

La LOMLOE, en el centro del debate educativo.

La directora de Control Z, Mar España, no se limita a alertar sobre el exceso de pantallas en los centros educativos. Señala directamente a la LOMLOE, la actual ley de educación en vigor en España, como parte del problema. Reclama su modificación urgente para evitar que el uso obligatorio de tablets, tanto en el aula como para los deberes, imponga una digitalización excesiva a niños y niñas.

“Tenemos a los menores empantallados en casa y en clase”, denuncia con firmeza.

Según los expertos de la plataforma, el sistema educativo, que debería ser un entorno protector, está contribuyendo involuntariamente a la hiperconexión digital. Esta situación pone en riesgo el neurodesarrollo, especialmente en edades tempranas, donde el cerebro es más vulnerable a la sobreestimulación tecnológica.

Control Z plantea que la tecnología educativa debe ser complementaria y nunca sustitutiva del aprendizaje activo, emocional y relacional. La solución no pasa por eliminar por completo los dispositivos digitales en el aula, sino por replantear su uso, establecer límites claros y priorizar los métodos pedagógicos que favorezcan la atención, el pensamiento crítico y la conexión con la realidad.

@ina.peru📱🧠 El uso excesivo de pantallas en bebés puede afectar su desarrollo cerebral, según un estudio en Singapur. 🔍 Investigadores hallaron menor alerta cognitiva y dificultades en la atención. 💡 Limitar el tiempo de pantalla en niños pequeños es clave. #Neurodesarrollo #CrianzaDigital #SaludInfantil♬ sonido original – INA Perú

 

Escrito por Veronica Gómez

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