“Siete agentes me redujeron mientras mi hijo lloraba y mi esposa sufría un ataque de pánico”: el duro relato del turista detenido en Marbella

“Siete agentes me redujeron mientras mi hijo lloraba y mi esposa sufría un ataque de pánico”: el duro relato del turista detenido en Marbella

Pablo, un visitante sevillano que pasaba unos días de vacaciones con su familia en Marbella, ha denunciado públicamente las condiciones de su detención tras un altercado con la Policía Local durante una intervención contra la venta ambulante en el Paseo Marítimo. Asegura que fue arrestado sin motivo, que se le negó el contacto con sus seres queridos y que el parte médico nunca llegó a tramitarse.

Un vídeo viral que destapó la polémica

Todo comenzó el pasado fin de semana, cuando un vídeo difundido por el medio Área Costa del Sol se hizo viral en redes sociales, superando el millón de visualizaciones en 24 horas. En él se observa a varios policías locales actuando contra manteros en el Paseo Marítimo de Marbella, intervención que derivó en enfrentamientos con algunos transeúntes. Uno de ellos, Pablo, terminó detenido.

“Lo que presencié fue surrealista”, señala el afectado en conversación con la periodista Andrea Ruiz. “El comportamiento de un agente fue totalmente desproporcionado, estaba fuera de control”. Según relata, se encontraba a punto de bañarse en la playa de El Faro cuando su esposa y su hijo lo alertaron del revuelo junto al puerto deportivo.

“El mantero ya estaba identificado, no había tensión”

Pablo sostiene que el vendedor ambulante ya había sido retenido y su mercancía incautada, sin que existiera una situación violenta. “Todo estaba tranquilo, hasta que apareció ese agente. Gritaba, insultaba a quienes grababan con el móvil, incluso amenazó a un menor de 14 años con romperle el teléfono si no borraba el vídeo”.

La tensión escaló cuando un viandante cuestionó al policía y, según Pablo, recibió varias bofetadas sin mediar palabra. “Intenté intervenir de forma pacífica, diciéndole al agente que parara, que podía hacerle daño a ese hombre”. Pero lejos de calmarse, afirma que el agente lo señaló y le dijo directamente: “Tú también te vienes detenido”.

Arresto violento y sin explicaciones

“Me quedé atónito. No había hecho nada, solo intentaba calmar la situación”, denuncia Pablo. Según su testimonio, hasta siete policías lo redujeron violentamente, tirándolo al suelo delante de su mujer y su hijo de 13 años. “Mi esposa tuvo un ataque de ansiedad y mi hijo no paraba de llorar. Fue una escena traumática para toda mi familia”.

Pablo asegura que varios de los agentes que participaron en su detención no sabían por qué lo arrestaban, pero actuaron por orden directa del compañero en cuestión. “No me dieron la oportunidad de explicar nada”.

Aislamiento en comisaría y denuncia de irregularidades

Una vez en dependencias policiales, Pablo afirma que no le permitieron comunicarse con su familia y que no recibió la atención médica que solicitó. “Pedí ver a un forense por las lesiones, pero nunca apareció. A otro detenido sí lo atendieron, a mí no”.

También denuncia que su parte médico se extravió, que fue fichado como si se tratara de un delincuente y que el atestado está “manipulado y sobredimensionado”. Finalmente fue imputado por tres delitos: atentado a la autoridad, obstrucción a la justicia y lesiones, aunque asegura que el propio jefe de seguridad ciudadana reconoció ante el juez que él no había agredido a nadie.

“El lema de la Policía dice que están para protegernos… pero yo no me sentí protegido”

Pablo fue liberado pasadas las 00:15, a pesar de que, según indica, debería haber quedado en libertad a las 21:00. “Prolongaron mi detención sin justificación”, lamenta. Aun así, no responsabiliza a todos los agentes, señalando que algunos fueron cordiales, pero “se dejaron arrastrar por el comportamiento agresivo de un compañero que claramente había perdido el control”.

El sevillano expresa su mayor preocupación por las secuelas psicológicas que este incidente ha dejado en su hijo. “Presenció todo, y esas imágenes no se le borrarán fácilmente”.

Un día de playa que terminó en pesadilla

“Solo quería nadar una hora. En cuestión de minutos, me encontré solo en un calabozo, sin poder contactar con mi familia ni saber qué pasaría”, concluye Pablo, cuya causa sigue abierta a la espera de nueva comparecencia judicial.

Mientras tanto, el vídeo del altercado continúa circulando por internet y generando un intenso debate sobre el uso de la fuerza por parte de las autoridades en zonas turísticas.

 

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