Álvaro de Luna conquista Madrid con su debut en el Movistar Arena.

Álvaro de Luna conquista Madrid con su debut en el Movistar Arena.

Aunque originario de Sevilla, Álvaro de Luna lleva años residiendo en la capital española, donde ha impulsado su trayectoria artística. Esta vinculación con la ciudad lo convierte en un madrileño más, y así se presentó ante el público en el que ha sido el primer concierto de su carrera en el Movistar Arena de Madrid, celebrado el sábado 10 de mayo.

Álvaro de Luna emociona en su debut en el Movistar Arena de Madrid con una noche cargada de música, sorpresas y agradecimientos.

El lugar en el que uno vive moldea su identidad, pero también es la persona quien da alma a ese lugar. Esa parece ser la lección que ha interiorizado Álvaro de Luna, el artista sevillano que lleva años asentado en Madrid para dar forma a su carrera musical. Primero lo conocimos como parte del grupo Sinsinati, y desde 2020 brilla en solitario. Poco a poco, sus sueños se han ido materializando gracias a una cadena de éxitos y a un público fiel, que este sábado 10 de mayo llenó el Movistar Arena —antes WiZink Center— para acompañarle en el primer gran concierto de su trayectoria.

“Por fin llegó el día”, se escuchó decir al cantante a través de una voz en off justo antes de que comenzara el espectáculo, titulado Mi Primera Vez. “Esta noche vamos a llorar, reír, bailar. Esta noche es nuestro refugio. Quién le iba a decir a Alvarito que miles de personas corearían sus canciones. Gracias a quienes vivís esta locura conmigo. Vamos a portarnos mal y a pasarlo increíble”, añadió, haciendo alusión a Portarse mal, el tema con el que dio inicio al show.

El escenario se encendió tras la caída de una gran lona roja donde se proyectaban las siluetas de los músicos —dos guitarristas, un batería y un teclista— y la del propio Álvaro de Luna, que apareció por primera vez ante una audiencia de todas las edades, luciendo una camiseta sin mangas con la frase “Days of war” (“Días de guerra”) estampada en la espalda.

La energía fue en aumento con canciones como Mi lugar y Cuando éramos dos, que hicieron vibrar tanto la pista como las gradas del recinto. “Qué regalo. Muchísimas gracias porque probablemente esta sea la noche más bonita de mi vida. En Madrid he construido mi carrera. Es una ciudad que me ha hecho sentir como en casa, a pesar de estar lejos de mis raíces”, expresó visiblemente emocionado, antes de continuar con temas como Nos quedará, Hoy festejo y Tu nombre entre llamas de fuego.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la interpretación de Me va a doler, uno de sus lanzamientos más recientes: “Tenía muchas ganas de que esta canción viera la luz porque no es una más de desamor, va mucho más allá. No dejéis que nadie apague vuestra luz. Cuando oigáis las sirenas, salid corriendo, porque ese no es vuestro sitio”, dijo, invitando a su público a quererse mucho y bien.

Leire Martínez inaugura una noche de colaboraciones.

Para una ocasión tan especial, Álvaro de Luna no quiso estar solo sobre el escenario. A lo largo del concierto, fue sumando colaboraciones sorpresa con colegas y amigos. La primera en aparecer fue Leire Martínez, con quien interpretó a dúo Nuestra canción. Al finalizar, la vocalista pidió al público que “cuide bien de Álvaro”, dejando un mensaje lleno de cariño.

Una habitación cargada de emociones.

Tras la colaboración con Leire Martínez, el concierto dio paso a una versión más íntima con Quizás y un solo de trompeta que sirvió como transición hacia el bloque acústico del show. En ese momento, el escenario se transformó en una recreación fiel de la habitación de Álvaro de Luna: cama con sábanas rojas, lámpara de noche y una atmósfera cálida que evocaba el espacio donde nacen muchas de sus canciones. “Normalmente compongo en un lugar como este. He querido que entréis conmigo porque gracias a lo que ocurre entre estas cuatro paredes y la magia que sucede fuera, hoy esto está siendo posible”, compartió el artista.

La emoción se palpaba en el aire con En tu costado, canción con la que los asistentes encendieron las linternas de sus móviles y acompañaron a un Álvaro visiblemente emocionado, que no pudo contener las lágrimas al terminar de cantar. El momento fue seguido por una larga ovación que abrió paso a nuevas sorpresas: el artista invitó a su productor Paco Salazar a unirse en el escenario para tocar Duele, y poco después apareció Marquitos para interpretar juntos Mis ídolos están en casa, tema que Álvaro dedica a sus padres. “Nosotros te regalamos Madrid; tú eres más grande que Madrid”, le dijo Marquitos antes de despedirse.

Reflexiones desde el corazón.

El tono íntimo continuó con F.G.L.C. (A Ratitos), una canción cargada de reflexión y melancolía. “La estrenamos recientemente en Sevilla, pero tenía muchas ganas de cantarla aquí, porque fue en Madrid donde surgió junto a Liam Garner. Habla de esos momentos en los que uno se siente fuera de lugar, cuando todo lo que te rodea te genera ansiedad… pero también de lo necesario que es perderse para poder encontrarse. Muchas veces quiero irme de esta ciudad, y luego recuerdo por qué quiero quedarme”, confesó el sevillano ante un público entregado.

La fiesta vuelve a encenderse.

Tras un breve parón en el ritmo, tres músicos aparecieron entre el público con instrumentos de viento para marcar el comienzo de la recta final del espectáculo. Álvaro regresó al escenario con una chaqueta roja, efectos de pirotecnia y toda la energía de Levantaremos al sol, desatando la euforia en el Movistar Arena.

Acto seguido, los integrantes de Marlon irrumpieron en escena para interpretar junto a él Olvidé olvidarte, y poco después llegó el turno de Marina Reche, que puso el broche de oro a La jugada, una canción que Álvaro comenzó al piano. Como colofón, y con un poderoso redoble de tambores como introducción, sonó uno de los mayores himnos de su carrera: Todo contigo, desatando la ovación final del público.

Un final épico con sabor a eterno.

“¡Álvaro, Álvaro!”, corea el público con entusiasmo mientras el cantante realiza su último cambio de vestuario y reaparece con una chaqueta vaquera que acompaña perfectamente la energía vibrante de Toda la noche y Rockstar, esta última interpretada junto a Ultraligera. “Sabía que esta noche se me iba a pasar volando, pero no imaginé que tanto. Madrid, qué locura. Gracias de corazón, no voy a olvidarlo jamás”, expresó un emocionado Álvaro antes de anunciar el cierre del concierto.

La canción elegida para despedirse fue Indios y vaqueros, el tema que marcó un antes y un después en su carrera cuando aún formaba parte de la banda Sinsinati. “Gracias a mis compañeros por haber sido parte de este camino”, añadió en un momento lleno de nostalgia y gratitud.

Sin embargo, como suele suceder en los grandes conciertos, el “adiós” no es definitivo. El broche de oro llegó con Juramento eterno de sal, el mayor himno de su carrera en solitario. Álvaro pidió al público que hiciera todo el ruido posible, y este respondió con una energía arrolladora que no decayó hasta que comenzó a sonar la versión en estudio de Portarse mal, el tema que abrió el espectáculo y que sirvió para cerrar el círculo perfecto… hasta el próximo Movistar Arena.

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